viernes, 17 de diciembre de 2010

CAMBIO DE PARADIGMA

Una Iglesia que cure, que consuele, que levante.
No una Iglesia que estigmatiza o lejana.
Como la quiere Jesús.

A veces se hace necesario RE-ORIENTAR nuestros pasos.
Ponerlos en dirección a Jesús, Mesías.


“Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven
y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos
oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada
a los pobres”.

Mt. 11, 4-6
Parece que el Mesías que esperaba Juan Bautista, del cual él mismo fue su precursor, no estaba en sintonía con su mentalidad, de ahí que, estando preso en la cárcel, decide enviar a dos de sus discípulos para que le pregunten al mismo Jesús sobre si él es o no el Mesías esperado.

Jesús que no es un teórico, responde con hechos y con la experiencia. OIGAN Y VEAN, les dice. Escuchen a quiénes se les proclama la Buena Noticia y vean quiénes son los destinatarios principales de esta predicación. Y saquen sus conclusiones, sobre el tipo de mesianismo que el mismo Jesús ha venido a traer a este mundo.

Nada de revoluciones violentas. Nada de poder económico o militar. Nada de ostentaciones y acciones exuberantes. Nada de nada, de aquello que algunos imaginaban y que el mismo Juan, quizás, en su fuero interno, también esperaba.

Jesús vino a curar y liberar, no a juzgar ni condenar. Le importa sobre manera levantar, salvar, redimir, proponer un camino nuevo, abrir horizontes, sembrar esperanza, humanizar la vida, poner luz y vida nueva donde no hay mas que oscuridad y muerte. Y esto se refleja en ese lenguaje simbólico, en cuanto que los ciegos ven, los sordos oyen, los paralíticos caminan …., es decir, hay nueva vida en el contacto personal con el Maestro

Esa es nuestra tarea como comunidad de discípulos y creyentes. Porque si alguien nos pregunta si somos seguidores del Mesías Jesús o deben esperar a otros. ¿Qué les diremos? ¿Qué obras les podemos mostrar? ¿Qué “buena noticia” nos pueden escuchar? La comunidad de los discípulos, junto con iniciarnos en la fe y ser un espacio de celebración, tiene que ser un lugar donde hay vida más sana, un lugar del consuelo y la acogida, una casa para quien necesita hogar. Una comunidad curadora, que sana y libera, en el estilo de Jesús.

Frente a esta realidad, Juan Bautista, el más grande de todos, tuvo que revisar y cambiar su imagen de Jesús, el paradigma sobre el cual había construido todo el mesianismo que espera, con cuanta más razón, nosotros debemos ser capaces de cambiar y aprender de Jesús, de lo que él realmente es, de su figura, de su predicación, del sello que le imprimió a su mesianismo, de los destinatarios fundamentales de su predicación y de las expectativas que nos podemos hacer de él.

En suma, ESCUCHAR Y VER de manera distinta, con la luz del Espíritu, para hacer el cambio de paradigma que nos permita hacer más lozana nuestra fe.




No hay comentarios: