El Señor haga prósperas las obras de nuestras manos" (salmo 89,17)
En el DIA DEL TRABAJO, quisiera saludar de corazón a todos los hombres y mujeres de nuestro pueblo, especialmente, los más sencillos y sacrificados, que con el sudor de su frente y con honestidad y honradez, se ganan el sustento diario para mantener a sus familias y desarrollarse como personas y seres humanos.
El Papa Juan Pablo II en la Encíclica "Laborem Exercens", nos dijo que "quien trabaja se adueña de su destino". Y esto, indudablemente que es así.
La persona que tiene acceso a un trabajo digno, permanente, humano, se hace protagonista de su vida, puede desarrollarse como sujeto, puede canalizar sus potencialidades creadoras y hacer que su familia tenga salvaguardados sus derechos básicos.
Es así, que el trabajo, es una gran dignidad y más que una maldicion, él, (el trabajo), ha de constituirse en la oportunidad para que el ser humano, hombre y mujer, pueda crecer integralmente en su vida.
Es también la oportunidad para hacerse partícipe de la obra creadora del Padre Dios y hacerse "co-creador" en la medida que con nuestras manos podemos hacernos solidarios en la construcción de un mundo mejor, más justo y fraterno.
Quiera Dios, que este día del trabajo, sea una oportunidad para "que cada cual valorice las obras que hace con sus manos", de gracias a Dios por el trabajo que tiene, y también una oportunidad para sensibilizarnos ante las innumerables situaciones en que el trabajo se desarrolla de manera indigna e injusta y pensar en aquellos que, desgraciadamente, están cesantes o no tienen acceso a un salario justo y ético.
Una oportunidad para poner las cosas en su justo lugar. Primero el trabajador y el trabajo que realiza y después el lucro, las ganancias, la competitividad y la lucha encarnizada por acumular dinero, verdaderos dogmas imperantes hoy día en nuestra sociedad, cada día más individualista y menos fraterna y solidaria.
¡Un abrazo para todos los que trabajan con honestidad y así también ayudan para que tengamos un mundo mejor!
Que San José Obrero, carpintero en el taller de Nazaret, les bendiga cada día.
Su amigo y hermano, fray Mario.
En el DIA DEL TRABAJO, quisiera saludar de corazón a todos los hombres y mujeres de nuestro pueblo, especialmente, los más sencillos y sacrificados, que con el sudor de su frente y con honestidad y honradez, se ganan el sustento diario para mantener a sus familias y desarrollarse como personas y seres humanos.
El Papa Juan Pablo II en la Encíclica "Laborem Exercens", nos dijo que "quien trabaja se adueña de su destino". Y esto, indudablemente que es así.
La persona que tiene acceso a un trabajo digno, permanente, humano, se hace protagonista de su vida, puede desarrollarse como sujeto, puede canalizar sus potencialidades creadoras y hacer que su familia tenga salvaguardados sus derechos básicos.
Es así, que el trabajo, es una gran dignidad y más que una maldicion, él, (el trabajo), ha de constituirse en la oportunidad para que el ser humano, hombre y mujer, pueda crecer integralmente en su vida.
Es también la oportunidad para hacerse partícipe de la obra creadora del Padre Dios y hacerse "co-creador" en la medida que con nuestras manos podemos hacernos solidarios en la construcción de un mundo mejor, más justo y fraterno.
Quiera Dios, que este día del trabajo, sea una oportunidad para "que cada cual valorice las obras que hace con sus manos", de gracias a Dios por el trabajo que tiene, y también una oportunidad para sensibilizarnos ante las innumerables situaciones en que el trabajo se desarrolla de manera indigna e injusta y pensar en aquellos que, desgraciadamente, están cesantes o no tienen acceso a un salario justo y ético.
Una oportunidad para poner las cosas en su justo lugar. Primero el trabajador y el trabajo que realiza y después el lucro, las ganancias, la competitividad y la lucha encarnizada por acumular dinero, verdaderos dogmas imperantes hoy día en nuestra sociedad, cada día más individualista y menos fraterna y solidaria.
¡Un abrazo para todos los que trabajan con honestidad y así también ayudan para que tengamos un mundo mejor!
Que San José Obrero, carpintero en el taller de Nazaret, les bendiga cada día.
Su amigo y hermano, fray Mario.
1 comentario:
hermano Mario, ¡que buena idea! el poder compartir con usted estos hermosos pensamientos, reflexiones, oraciones, etc. es como en los viejos tiempos, es gratificante y enriquecedor, gracias por compartirlo con nosotros un abrazo, Paz y Bien.
tity.
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