¿Estás construyendo tu vida sobre roca o sobre arena? ¿Tu casa tiene bases suficientemente sólidas o de repente tambaleas por la fragilidad de su construcción?
¿Te sientes “arquitecto” de tu vida en el sentido que procuras crecer hacia adentro y no tanto hacia fuera?
Mira tu casa con misericordia y alegría y ¡AGRADECE! a Dios por todo lo que El ha puesto en ella y ¡PIDELE! sabiduría y coraje para seguir construyéndola cada día.
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