sábado, 31 de mayo de 2008

CONSTRUYENDO NUESTRA CASA SOBRE ROCA:


"Siendo arquitectos de nuestra vida”


“El que escucha mis palabras y las practica es como un hombre inteligente
que edificó su casa sobre la roca”
(Mt. 7,24).


Al finalizar el Sermón de la Montaña (cap. 5 al 7 de San Mateo), Jesús nos señala que no basta con vivir en un cierto formalismo religioso nuestra fe, sino que ésta ha de expresarse concretamente en las obras que se han de desprender luego de haber escuchado y aceptado sus enseñanzas.

Del mismo texto se desprende, que la vida cristiana, la vida misma, es como construir una casa: o lo hacemos sobre roca firme o sobre arena. Si lo hacemos sobre roca, entonces ésta tendrá solidez y podrá hacer frente a los embates permanentes a los cuales nos podemos ver enfrentados y podremos salir adelante; y, si lo hacemos sobre arena, entonces nuestra casa se vendrá abajo fácilmente cuando tengamos que hacer frente a las vicisitudes que todos hemos de pasar por la vida.

Ahora bien. Al momento de querer construir nuestra vida, nos damos cuenta que hay bases falsas, aparentemente firmes y duraderas, pero que se derrumban muy fácilmente. Como también, hay bases verdaderas que nos ayudarán a enfrentar las tempestades y oleajes inevitables que se dan en la vida. Lo que nos cabe a nosotros, es saber responsabilizarnos de nuestras vidas para no herirnos (en una construcción falsa), o ser heridos por las tempestades exteriores y vivir insulsamente nuestra existencia cotidiana hasta el punto que pueda derrumbarse nuestra casa.

En este sentido, “construir la casa” significa crecer hacia adentro: Hacer una opción, una opción por caminar hacia esa “casa interior”, la casa de nuestros afectos y sentimientos, de nuestro corazón, de nuestro ser íntimo. Se trata de crecer DESDE DENTRO HACIA FUERA y no a la inversa, o dicho de otra forma, ir desde "fuera" hacia "dentro", ya que cuando estamos “dentro de la casa” entonces somos conscientes de nuestra vida, así como cuando estamos “fuera” verdaderamente estamos enajenados y fuera de la realidad.

En definitiva, “construir la casa”, nuestra vida, es poner a Jesús en el centro de nuestro ser, teniéndolo a El como nuestro paradigma, espejo donde nos miramos, la luz que nos ilumina, el camino que recorremos, la Palabra que escuchamos, el modelo de vida que asumimos como propio. En suma, el horizonte hacia el cual se proyectan nuestros sueños y la consumación de todo lo que vamos haciendo cada día.

Construir la casa, haciéndonos de verdad arquitectos de nuestra existencia, presupone sentarse a los pies de Jesús de continuo para aprender de El y contrastar a partir de su enseñanza lo que hemos ido construyendo cada día y hemos hecho con nuestra vida.

Seamos de verdad arquitectos de nuestras vidas, construyendo nuestra casa sobre la ROCA firme que es Jesús y su enseñanza y sobre todos aquellos valores y modelos que nos hacen bien, nos liberan y nos dan vida en plenitud. ¡Será una tarea apasionante y que la hemos de realizar en cualquier etapa de la vida en que nos encontremos! ¡COMENCEMOS HERMANOS CADA DIA!

¡AYUDAME SEÑOR A CONSTRUIR MI CASA!



¿Estás construyendo tu vida sobre roca o sobre arena? ¿Tu casa tiene bases suficientemente sólidas o de repente tambaleas por la fragilidad de su construcción?
¿Te sientes “arquitecto” de tu vida en el sentido que procuras crecer hacia adentro y no tanto hacia fuera?
Mira tu casa con misericordia y alegría y ¡AGRADECE! a Dios por todo lo que El ha puesto en ella y ¡PIDELE! sabiduría y coraje para seguir construyéndola cada día.


sábado, 24 de mayo de 2008

"YO SOY EL PAN DE VIDA"



La Eucaristía: ¿Una necesidad o una obligación?
¿Una opción o una costumbre?
¿Un proyecto de vida o una devoción más?


Este domingo 25 de mayo, la Iglesia chilena celebra la fiesta del Cuerpo y Sangre del Señor, llamada antiguamente del “Corpus Christi” y que se celebraba el día jueves después de la Santísima Trinidad.

En el contexto de esta fiesta, me parece útil que reflexionemos un momento sobre el sentido que tiene para nosotros los cristianos este gran tesoro que nos ha dejado el Señor como es la Eucaristía.

Partamos preguntándonos: ¿Qué significa la Eucaristía en nuestra vida? ¿Cómo la celebramos? ¿Qué profundidad de encuentro con Cristo y con los hermanos logramos experimentar cada vez que participamos de la Eucaristía dominical? ¿Son ellas para nosotros verdaderas fiestas en donde celebramos a Cristo, Pan que da Vida?

¿De qué manera hemos ido internalizando en nuestro corazón que el domingo es el día para reunirnos a celebrar la fracción del pan como lo hacían los primeros cristianos? (Hech. 2). ¿O más bien ella es algo ajeno a mi vida, o simplemente la he dejado de celebrar por mucho tiempo?

La Eucaristía, bien vivida y celebrada, debería constituirse para nosotros en el soporte fundamental bajo el cual vamos construyendo la vida cada día. De ella aprendemos lo que significa vivir el perdón, ser artesanos de la paz, compartir los bienes con los más necesitados, trabajar por la justicia y el reparto justo de los bienes que son de todos. En la Eucaristía aprendemos a vivir en comunión y ha sentirnos hermanos unos de otros, dejando atrás cualquier atisbo de individualismo exasperante en el cual podemos caer, sea por nuestro egoísmo casi innato, o por el ambiente que predomina en nuestra sociedad contemporánea.

De la Eucaristía aprendemos lo que es vivir la gratuidad y el don ya que todo es regalo, nada lo merecemos, ni lo ganamos por nuestras propias capacidades. Dios pone la mesa para que tengamos acceso a ella, desde la gracia y la simplicidad. En ella experimentamos el llamado que nos hace el Señor para ir por el mundo siendo sus testigos y apóstoles (y esto lo sentimos cuando se nos dice: “Vayan en la paz del Señor”). En la Eucaristía aprendemos a contemplar el Misterio, a saber callar para que hable el corazón y escuchemos la Palabra Viva de Dios.

En la Eucaristía hacemos ejercicio de esas dos características fundamentales de un hombre y mujer creyente: abrir las manos vacías en una actitud orante y receptiva y ponernos de rodillas, para alabar, bendecir, suplicar e implorar la misericordia y el perdón. En ella aprendemos a hacer de nuestra vida una permanente entrega, como fue la vida de Jesús y experimentamos la grandeza que supone sentarse a la mesa para entrar en un coloquio sosegado y profundo con nuestra historia, con la historia de la Comunidad y con el mismo Señor que se pone en nuestro camino para conversarnos y ayudarnos a caminar cada día.

La Eucaristía nos hace barrer con toda discriminación y exclusividad. A ella tienen acceso todos y nadie puede sentirse desechado o dejado fuera. Por eso que la Eucaristía es una verdadera revolución social por cuanto en ella se da la íntima unidad, una verdadera comunión, la más honda y profunda igualdad. Expresamos, en definitiva, que somos HIJOS de un Padre y, por lo mismo, HERMANOS entre sí.

La Eucaristía, vivida como proyecto de vida, se transforma en profecía y testimonio para la realidad que vivimos. Vivida como necesidad, se hace alimento vital para crecer en nuestra fe y sostenernos en las luchas de cada día.

Vivida como opción de vida, nos hace ser más maduro en nuestra fe y al mismo tiempo más convincentes ante quienes andan buscando un alimento para sus vidas.

Así, pues, que la Eucaristía no sea para nosotros una obligación, una costumbre o una devoción más, sino una NECESIDAD, UN PROYECTO DE VIDA Y UNA OPCION MADURA DE NUESTRA FE.


¡MIREN LA HUMILDAD DE DIOS!



"Miren como se humilla (Fil 2,8) cada día, lo mismo que cuando, desde el seno real (Sab 18,15), vino al seno de la Virgen; cada día viene a nosotros en humildes apariencias; cada día desciende del seno del Padre (Jn 1,18) sobre el altar en las manos del sacerdote".


San Francisco de Asís y
la Eucaristía.

viernes, 23 de mayo de 2008

"QUEDATE CON NOSOTROS SEÑOR"


Postrados delante del Misterio,
con nuestras manos abiertas y vacías,
de rodillas para adorar y bendecir,
el Peregrino camina con nosotros,
nos forma con la potencia de su Palabra,
se nos revela en la Fracción del Pan,
y nos acompaña cada día.
Por eso,
desde el fondo de nuestro corazón,
nace esta oración:
"¡Quédate con nosotros, Señor!"

sábado, 17 de mayo de 2008

¿POR QUE SON ASI?




La fuerza de un estilo de vida diferente.


Los cristianos tenemos una tarea en el mundo: ser sal de la tierra y luz del mundo (Mt. 5, 13 y 14) y esto a partir de Aquel que dijo: “Yo Soy la Luz del mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida” (Jn. 8,12).

He aquí la tarea ineludible de todos los que reconocemos a Jesús como el Camino verdadero de la vida. Dar testimonio de El a partir de las circunstancias habituales de la vida y de la dinámica propia que a todos nos toca vivir en nuestra existencia cotidiana.

Me temo, creo, que hoy adolecemos los cristianos de esa vitalidad contagiante y testimonial que lleve a los demás, por la forma de vida que llevamos, a preguntarse:
¿Por qué ellos son así?, ¿Por qué actúan de esa manera? ¿Qué fuerza tienen que van contra viento y marea y viven con audacia y alegría su fe en el mundo?

Hoy día los cristianos nos sentimos arrinconados, o a veces temerosos en explayarnos en la vivencia de nuestra fe, o en otras ocasiones simplemente nos mimetizamos con el sistema imperante y nos perdemos en la inmensidad de aquellos que sólo piensan en sí mismo y en sus intereses particulares. No pocas veces escuchamos decir: “¡Es tan difícil ir contra la corriente!”, “¡Son tan poderosos los Medios de Comunicación Social que nos aplastan con sus mensajes facilistas e instantáneos!”, “Yo sólo me preocupo de mis cosas y punto”, "Nada puedo hacer yo solo ante otros "mensajes" más atractivos y populares", en fin, frases de este calibre y muchas otras que el lector escuchará a diario.

Peor aún es cuando hacemos un divorcio de nuestra fe con respecto a la vida de cada día. Para algunos cristianos la fe no pasaría más que ser algo de uso personal e íntimo, refiriendo su vida cristiana a un ámbito meramente privado, lo cual, por cierto aleja de una manera sustantiva que ese cristiano pueda influir positivamente en el medio donde se desenvuelve y trabaja.

Pero el camino es otro.

No debemos separar lo que Dios ha unido: la fe y la vida van juntas y las obras son el reflejo de la fe que uno tiene. No podemos, de igual forma, dejarnos arrinconar por los ambientes secularistas que hoy imperan. Al contrario, cuanto más grande sea el desafío, con mayor razón hemos de vivir alegremente nuestra vocación de cristianos.

En cualquier ambiente.

No se trata de ir por la vida como “especies raras”, pero sí de caer en la cuenta que Jesús nos invita a no poner debajo de un cajón la luz que debe brillar en lo alto de un candelero.

¿Será muy difícil ser justo y fraterno? ¿Amar la creación y respetar el medio ambiente? ¿Pagar salarios justos y no evadir los impuestos? ¿Ser competente profesionalmente hablando? ¿Hacer más digna la vida de los pobres y marginados? ¿Vivir la política como búsqueda del bien común y no del bien personal? ¿Construir familias estables y matrimonios para toda la vida? ¿Apostar por la paz y el respeto a la vida humana? ¿Construir ciudades a escala humana y convivir pacíficamente? ¿Amar a nuestros ancianos donde ellos tengan pensiones dignas y favoreciendo el crecimiento integral de nuestros niños?

Por cierto, que esta puede ser una tarea titánica y compleja, pero las montañas están puestas para escalarlas y no sólo para contemplarlas desde el sillón de nuestras nostalgias y cobardías.

Además, ser cristiano, nunca ha sido fácil y tampoco lo será hoy día. Pero es hora que nos pongamos, con la fuerza de Dios, a transformar este mundo en el paraíso que un día soñamos.

¡Vamos, anímate, no estamos solos en esta lucha!
Haciéndonos protagonistas de esta forma nueva de vida, más de alguien podrá preguntarse: ¿Por qué son así? Y estaremos aportando lo específico que se espera de un discípulo de Jesús.

Que te vaya bien en este intento. Te lo deseo de corazón.

PARA TU MEDITACION:

¿Te sientes sal de la tierra y luz del mundo? ¿Cómo lo podrías expresar mejor esto en tu vida cada día?

martes, 13 de mayo de 2008

JESUS TE LLAMA A SER DISCIPULO(A)




Hoy Jesús pasa por tu vida, te mira a los ojos con cariño, y te invita a seguirle como discípulo y discípula de El. No importa dónde estés, ni cual sea tu condición. Hoy El precisa de ti y te invita a dejar las redes para ser discípulo, discípulo de El cada día y llevar así BUENAS NOTICIAS a los que están cansados y fatigados por el ajetreo incesante de la vida diaria. Déjate traspasar por su amor y acoge en ti esa mirada cariñosa que El te prodiga cada día.

Con especial atención pone sus ojos en ti joven para que hagas tu proyecto de vida, teniéndolo a El como base fundamental de tus opciones de vida.

¡No tengas miedo de mirarlo a El! ¡El es el Camino, la Verdad y la Vida! No dudes ni un segundo: ¡Ponte a seguirlo cada día!. Y así, serás plenamente feliz.

domingo, 11 de mayo de 2008

UN NUEVO PENTECOSTES



“TODOS QUEDARON LLENOS DEL ESPIRITU SANTO”
(Hech. 2, 4)


Esta experiencia de la venida del Espíritu Santo, (Hech. 2, 1-13) en el Pentecostés que nos relata el libro de los Hechos de los Apóstoles (hay también otros cuatro Pentecostés en este libro, vea: Hech. 4,31 ; 8,17 ; 10,44 ; 19,6) es la misma experiencia transformadora que necesitamos realizar hoy todos nosotros, ya sea a nivel personal como en un sentido comunitario.

Estas experiencias de la venida del Espíritu Santo, marcaron definitivamente a los primeros cristianos, y a la Iglesia que nacía, de tal suerte que fue el Espíritu quien les dio la fuerza necesaria para llevar adelante el cometido misionero del cual eran depositarios.

Es el Espíritu Santo quien también hoy quiere llegar a todos nosotros, de tal manera que toda la Iglesia y cada uno de sus miembros, vivan una suerte de “conmoción interior” que los transforme enteramente y les capacite para impregnar el mundo y la sociedad con la novedad del Evangelio, como forma de vida nueva, que el Señor Jesús vino a instaurar y a encabezar.

Estaremos de acuerdo, que cuando el Espíritu Santo nos inspira, nos ilumina y nos anima, algo nuevo comienza a nacer en la Iglesia. Por eso que nuestro Obispos en Aparecida lanzan un grito potente para decirnos que: “La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente. Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo. Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente; una venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra esperanza. Por eso, se volverá imperioso asegurar cálidos espacios de oración comunitaria que alimenten el fuego de un ardor incontenible y hagan posible un atractivo testimonio de unidad “para que el mundo crea” (Jn. 17,21)” (Aparecida, 362).

Cuando el Espíritu Santo irrumpe con toda su potencia, cambian las personas, cambia la Iglesia y cambia el mundo. El Espíritu Santo es fuerza creadora que da vida. Es fuerza que impulsa a la misión. Es fuego que quema y purifica. Es viento que sopla donde quiere y que renueva los corazones y las estructuras de nuestras comunidades.

El Espíritu Santo nos alienta en la fatigas, nos enseña a descubrir la voluntad de Dios, nos capacita para comprender la Palabra y pone en nuestros labios las palabras oportunas para dar testimonio del Resucitado en el mundo.

El no permite que nos instalemos en la vivencia tibia de una vida cristiana sin mayor compromiso y superficial. El nos da el coraje suficiente para enfrentar los desafíos que se nos presentan a diario y nos entrega la audacia y la creatividad para buscar caminos nuevos para llevar adelante la obra de la evangelización.

El Espíritu Santo nos da la libertad suficiente para no dejarnos atrapar por la letra de la ley, nos libera de la carne, del pecado, de la muerte e injusticia. Nos da la “libertad de los hijos de Dios” para romper con todo aquello que esclaviza y oprime. El Espíritu es libre, imprevisible y sorprendente. Es de todos y nunca de alguien en particular. Quien es atrapado por El, puede ser invitado a recorrer caminos insospechados y del todo originales.

El Espíritu Santo genera comunión a partir del nacimiento de una gran diversidad de ministerios y carismas al servicio del bien común dentro de la comunidad. Es lazo total de unión. Cuando el Espíritu está presente, entonces la diversidad se transforma en riqueza y se promueve el compartir sereno en torno a la multiplicidad de ministerios y carismas que se dan en su interior. Lo diverso se hace complementario y a la vez totalizante.

El Espíritu Santo no permite que nos estacionemos en “el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad” (Aparecida, 12).

En suma, hoy queremos vivir la experiencia de Pentecostés para “quedar llenos del Espíritu Santo”. Si El entra en nuestra casa interior y en nuestras Comunidades, entonces entrará aire fresco a ella, volveremos al amor primero, tendremos una raíz sólida, nos asomaremos con esperanza a lo que viene, seremos capaces de “re-crear” la experiencia del Evangelio y corrientes de AGUA VIVA recorrerá por todos nosotros.

Les invito, pues, a hacer la experiencia del Espíritu para que así podamos decir con el libro de los Hechos, “todos quedaron llenos del Espíritu Santo” como aquel día, en Pentecostés.

Para reflexionar:

¿Invocas de continuo al Espíritu Santo en tu vida?
¿Te has dejado sorprender alguna vez por la acción transformadora del Espíritu en tu vida? ¿Te ha desinstalado alguna vez invitándote a vivir algo nuevo?
¿Es tu Comunidad un lugar apto para “vivir según el Espíritu”?
¿Transcurre tu vida y la vida de tu Comunidad en una suerte de tibieza y rutina paralizante? ¿Necesitarías que entre “aire fresco” en tu vida y en la de tu Comunidad?

sábado, 10 de mayo de 2008

ANDA AL LUGAR DE TUS GOZOS Y ALEGRIAS



¿Sientes el peso de los días caminados, bajo el fuerte sol de tus trabajos y desafíos? ¡Mírate en el Señor y camina con El cada día!


¿Te sientes cansado(a) porque es más duro el camino que lo que tú habías pensado?

¡Contempla al Maestro y pídele que te de AGUA VIVA!


¿Te has preguntado muchas cosas y has obtenido pocas respuestas?

¡Pregúntale al Señor!: ¿Señor, qué debo hacer?, ¡El te iluminará el camino!


¡No te quedes sumido(a) en la noche del dolor y de la angustia! Vete al lugar íntimo de tu corazón y recuerda los momentos de gozo y de alegría que han inundado tu vivir. Reinvindica para ti tu vida e historia, ella te pertenece y a través de ella Dios ha estado grande contigo y lo estará para siempre, a través de esa brisa suave y ese ungüento purificador que es su Espíritu Santo.


¡Anda a tu corazón y sé feliz junto a Dios! ¡Vete al lugar de tus gozos y alegrías, esas te pertenecen y ahí está Dios! ¡Qué alegría! ¿Verdad?


EN EL DIA DE LA MADRE



¡BENDICIONES ABUNDANTES PARA TODAS LAS MADRES!


Este domingo 11 de mayo, nuestra sociedad celebra el DIA DE LA MADRE, junto con la Solemnidad de Pentecostés que celebra nuestra liturgia cristiana. En este contexto, saludamos con mucho cariño y aprecio a todas nuestras queridas mamás, pidiéndole al Señor que cuide de cada una de ellas y las proteja en su camino de cada día. Pedimos al Espíritu Santo que las ilumine en esta invalorable misión de engendrar, educar y acompañar la vida de sus hijos, dotándolas de aquella sabiduría necesaria para llevar adelante esta tarea que se les ha confiado.
Pedimos, también, a la Virgen Madre, que ella les sostenga en su vida y en sus luchas de cada día, así como Ella supo acompañar a su Hijo incluso hasta la ignominiosa muerte que tuvo que padecer en la Cruz. Ella que supo lo que era la fidelidad, la entrega y el amor incondicional por su Hijo, también les enseñe a nuestras madres a reproducir en si mismas la misma ternura y entrega que María Santísima demuestra por su Hijo y por todos los hijos del mundo entero.
Madres queridas, por feliz coincidencia, ustedes representan muy bien lo que el Espíritu Santo hace en nuestros corazones: aprendan de El a crear vida, a consolar, a defender, a animar e inspirar sentimientos buenos. Como el Espíritu Santo, también ustedes den vida a su alrededor, consuelen a sus hijos en los momentos de dolor, anímenlos a vivir plenamente sus vidas e inspírenlos para que sus hijos e hijas anden por los caminos del amor y de la generosidad.
Queridas mamás, den gracias en este día por esta vocación sublime que han recibido y sepan que su ternura y dulzura será la mejor expresión de esta tarea que se les ha confiado. No se cansen de amar. No se cansen de dar vida y de construir caminos auténticos para los suyos. No se cansen de reproducir en sí mismas este "rostro materno" de Dios con el cual hacen cada día más auténtica su misión. ¡No renuncien nunca a su vocación y misión! ¡Vivan plenamente su maternidad! ¡El Señor las bendecirá con abundancia cada día!
Mientras tanto, nosotros sus hijos, les amaremos de corazón, les regalaremos una flor como muestra de nuestro cariño, las estrecharemos en nuestros brazos y besaremos sus manos, marcadas por los años y por el trabajo, para decirles desde el fondo del corazón: MADRE QUERIDA, TE AMO.

INVOQUEMOS LA FUERZA CREADORA DEL ESPIRITU SANTO



"Sin el Espíritu Dios está lejano. Jesucristo queda en el pasado. El Evangelio es como letra muerta; la Iglesia, una simple organización; la autoridad, una dominación; la misión, una propaganda; el culto, una evocación; el actuar cristiano, una moral de esclavos.

Pero con el Espíritu, el cosmos es exaltado y gime hasta que dé a luz el Reino. El Cristo Resucitado está presente, el Evangelio es potencia de vida. La Iglesia significa la unión trinitaria, la liturgia, un memorial y una anticipación. El actuar humano es deificado"


(Ignacio IV de Antioquía, en Upsala, 1968)

jueves, 8 de mayo de 2008

¡TU FUERZA CREADORA INVOCAMOS!



¡QUE ARDA EN NOSOTROS TU ESPIRITU!


Necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para mantener viva la llama del amor, de la fe y de la esperanza en nuestros corazones.


Necesitamos este fuego devorador que encienda nuestros corazones y nos vitalice cada día para hacer frente a los desafíos de la vida.


¡Ven, Espíritu Santo! ¡Ven, quédate en nosotros y llénanos con tus dones! Cada día, lo esperamos de Ti.


INVOCANDO AL ESPIRITU SANTO



BIENVENIDO, ESPIRITU


"Bienvenido, Espíritu. ¡Eres Tú!
Pasa, no te quedes a la puerta. Pasa hasta la sala de estar. Toma asiento, vamos, con toda confianza. No sabía si vendrías. Lo esperaba, bueno, lo deseaba, pero dudaba: pensaba si serías sólo para los importantes, los sabios, los santos, los perfectos ... Veo que vienes a todas las casas, las grandes y las pequeñas. Tenía esperanza, pero a veces me asaltaba la duda. ¿Vendrá también a mi casa, tan pobre, tan pequeña? No sabes cuánto me alegro. Has venido, ya estás aquí. No eres un lujo ni un regalo caro. Has venido y estamos aquí juntos. ¡Casi no me lo puedo creer!
Te enseñaré mi casa, ¿quieres? Está un poco abandonada, ya lo ves.
Algo de polvo que siempre entra. Mucho desorden.
Ropa sucia que no acabo de lavar. Hay también barro en los rincones y en el pasillo.
Quizás Tú, que eres aire fino y persistente, lo limpies todo.
No tengas miedo de soplar. Hace frío, ¿verdad? Si, no es una casa caliente.
Hay poco ambiente aquí dentro. Quizás Tú, que eres fuego, la puedas caldear y ambientar. No tengas miedo de arder y calentar todas las habitaciones. Me gustaría repartir calor a todos los que vengan donde mí. ¿Para cuánto tiempo vienes? ¡Ojalá te quedes mucho rato! Tenemos tanto que hablar ...Puedes quedarte todo el día, y mañana, y pasado mañana. ¡Ojalá no te vayas nunca! ¡Ojalá no te eche nunca!
No te vayas aunque te eche, te lo suplico. Me agrada que estés aquí,
los dos juntos mano a mano. Tengo tantas cosas que contarte ...
¡Mil proyectos!Y quiero remover mi casa de arriba abajo.
Te lo contaré todo. Pero el caso es que ahora mismo no se me ocurre nada.
Estoy contigo y tengo tanto que decirte ...Pero me emociono y no me sale nada.
Estoy a gusto junto a Ti. No sabes la ilusión que me hace tu visita.
Dicen que Tú haces profetas. No sé bien lo que puede ser eso, pero lo intuyo. Hombres que nunca están quietos. Mujeres que rompen moldes y no repiten la historia. Siempre andando en busca de lo nuevo más allá de los senderos trillados. Dejarlo todo, superarlo todo, darlo todo ... Y abrir caminos. Estoy un poco lejos de esas maravillas con esta casa tan sucia y tan desambientada.
Pero si Tú has venido pensarás que ha llegado el momento. Me gustaría.
De verdad que me gustaría, ¡te lo juro!"

(Loidi, P.)

Invoquemos de continuo al Espíritu Santo para que nos renueve y fortalezca cada día en nuestro camino.




domingo, 4 de mayo de 2008

BENDICIONES ABUNDANTES



El Cristo de San Damián que le habló a Francisco invitándolo a reparar la Iglesia que amenazaba con derrumbarse, junto a nuestro HERMANO MENOR DE ASIS, bendiga abundantemente a todas nuestras familias en esta nueva semana que iniciamos.
Sigamos "CAMINANDO JUNTOS" por la ruta que nos muestra Jesús. Que el Señor nos acompañe cada día y El esté presente con su Espíritu Santo en cada decisión que tengamos que tomar.

"VAYAN POR TODO EL MUNDO"

“Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que Yo les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”
(Mt. 28, 19-20)

En la Solemnidad de la Ascensión del Señor, siguiendo este evangelio de Mateo, recordamos que “EVANGELIZAR constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda (E.N. 14).

Este cometido misionero, que le es propio a toda la Iglesia, ha de ser profundizado cada día más, de tal suerte que TODOS quienes somos parte del Pueblo de Dios, nos sintamos “discípulos misioneros” como nos señala el Documento de Aparecida, de tal suerte que seamos capaces de compartir la BUENA NUEVA del Evangelio con todos aquellos que buscan experiencias de una vida mejor y más auténtica.

Los cristianos católicos, en el lugar que estemos y de acuerdo a la vocación recibida, debemos ser capaces de salir de nosotros mismos, vencer toda pasividad, personal y comunitaria, e ir al mundo que hoy más que nunca precisa de Jesús, Camino, Verdad y Vida.

Y vamos a ir por el mundo, en una actitud de servicio, diálogo y proclamando las maravillas que el Señor hace por nosotros. Llevando una mensaje liberador y sanador a todos aquellos corazones maltratados, rotos o endurecidos por los vaivenes de la vida. Es así que, las palabras de nuestros Pastores suenan con toda intensidad entre nosotros para darnos cuenta que “Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras” (Aparecida, 30).

De igual forma, un buen termómetro sobre la calidad y profundidad de nuestra fe, personal y comunitaria, estará medida por el talante evangelizador de nuestras acciones cotidianas. Si somos capaces de compartir con los demás, ahí donde nos toca vivir y trabajar, el tesoro del Evangelio y la Persona fascinante de Jesús, quiere decir, entonces, que nuestra fe estará viva. Lo contrario, daría cuenta, sin más, de una fe que languidece y se enfría y que, por lo mismo, no contagiará a nadie. Sobre esto último debemos estar siempre atentos y lúcidos para no dejar pasar por alto el encargo de Jesús, siempre actual e interpelador: “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”.

¿Estaremos dispuestos a asumir cada día este desafío?

Espero que sí.

jueves, 1 de mayo de 2008

PARA MEDITAR Y GUARDAR EN EL CORAZON





CANTAR DE LOS CANTARES


"Grábame como un tatuaje en tu corazón, como un tatuaje
sobre tu brazo.

Porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión,
tenaz como el infierno.

Sus flechas son dardos de fuego,
como llama divina.

No apagarán el amor ni lo ahogarán
oceános ni ríos"
Cant. 8,5




ORACION ANTE EL CRUCIFIJO


¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón.
Dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta;
acierto y conocimiento, oh Señor,
para cumplir tu santo y veraz mandato.
Amén.


San Francisco de Asís.




SOLO DIOS BASTA


"Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta;
sólo Dios basta".


Sta. Teresa de Jesús.




CAMINO VIRGEN


Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol ...
y un camino virgen
Dios.


León Felipe.

EN EL DIA DEL TRABAJADOR

El Señor haga prósperas las obras de nuestras manos" (salmo 89,17)

En el DIA DEL TRABAJO, quisiera saludar de corazón a todos los hombres y mujeres de nuestro pueblo, especialmente, los más sencillos y sacrificados, que con el sudor de su frente y con honestidad y honradez, se ganan el sustento diario para mantener a sus familias y desarrollarse como personas y seres humanos.

El Papa Juan Pablo II en la Encíclica "Laborem Exercens", nos dijo que "quien trabaja se adueña de su destino". Y esto, indudablemente que es así.

La persona que tiene acceso a un trabajo digno, permanente, humano, se hace protagonista de su vida, puede desarrollarse como sujeto, puede canalizar sus potencialidades creadoras y hacer que su familia tenga salvaguardados sus derechos básicos.

Es así, que el trabajo, es una gran dignidad y más que una maldicion, él, (el trabajo), ha de constituirse en la oportunidad para que el ser humano, hombre y mujer, pueda crecer integralmente en su vida.

Es también la oportunidad para hacerse partícipe de la obra creadora del Padre Dios y hacerse "co-creador" en la medida que con nuestras manos podemos hacernos solidarios en la construcción de un mundo mejor, más justo y fraterno.

Quiera Dios, que este día del trabajo, sea una oportunidad para "que cada cual valorice las obras que hace con sus manos", de gracias a Dios por el trabajo que tiene, y también una oportunidad para sensibilizarnos ante las innumerables situaciones en que el trabajo se desarrolla de manera indigna e injusta y pensar en aquellos que, desgraciadamente, están cesantes o no tienen acceso a un salario justo y ético.

Una oportunidad para poner las cosas en su justo lugar. Primero el trabajador y el trabajo que realiza y después el lucro, las ganancias, la competitividad y la lucha encarnizada por acumular dinero, verdaderos dogmas imperantes hoy día en nuestra sociedad, cada día más individualista y menos fraterna y solidaria.

¡Un abrazo para todos los que trabajan con honestidad y así también ayudan para que tengamos un mundo mejor!

Que San José Obrero, carpintero en el taller de Nazaret, les bendiga cada día.

Su amigo y hermano, fray Mario.