martes, 9 de septiembre de 2008

¿DONDE ESTA TU HERMANO?


Cerca del hermano, con la delicadeza de Jesús.




Que en tu camino encuentres a alguien que te ayude.



CUANDO EL HERMANO NOS IMPORTA
------
“Si tu hermano ha pecado contra ti, anda a hablar
con él a solas. Si te escucha, has ganado
a tu hermano”

(Mt. 18,15)
----
La predicación de Jesús, rara vez tenía una dimensión casuística, es decir, que cayera en el detalle específico de casos concretos, más bien El solía dar los principios generales para vivir su Evangelio. Pero en este capítulo 18 de Mateo, que es el cuarto discurso acerca de cómo ha de vivir la Comunidad cristiana, sí, que nos entra a precisar algunos detalles de cómo se ha de verificar lo que se llama la “corrección” o promoción fraterna con el hermano que se ha salido de la vivencia del Evangelio.

La premisa básica que inspira este texto, es que TODOS SOMOS RESPONSABLES DE TODOS en la vida comunitaria, en donde hemos de ser solidarios en el camino que cada cual está realizando en su vida cotidiana. Este factor nos alerta contra todo tipo de indiferencia, pasividad, cobardía, complicidad, tibieza, o comodidad que pueda darse al interior de un grupo humano cuando evidentemente alguien no está viviendo bien su vida. Muchas veces se escucha decir: Y tú ¿por qué te metes en mi vida?, o por el contrario, ¡yo no me meto con nadie, no me interesan las demás personas! Ni lo uno, ni lo otro. Somos o debemos ser solidarios, unos con otros, en el camino que hacemos cada día.

La corrección al hermano, ha de darse cuando éste se ha alejado del estilo de vida que presupone el ser discípulo de Jesús. Cuando las exigencias éticas que configuran el ser discípulos, no se están llevando a la práctica. En ese momento, se hace necesario ejercitarse en esta acción comunitaria, que es una dimensión del amor fraterno que han de vivir los hermanos en la Comunidad.

¿CON QUE ESPIRITU HA DE REALIZARSE LA PROMOCION FRATERNA?

Es evidente que la corrección no puede hacerse de cualquier manera. Lo fundamental será que ésta se realice en un contexto donde prime la caridad fraterna y el amor por el hermano por encima de todo y en un clima de confidencialidad y mucho respeto y sin hacer ostentación de superioridad moral frente al hermano. Es decir, porque quiero a mi hermano y sólo en cuanto se da ese criterio, entonces me preocupo de él. Sólo el amor es eficaz y puede llevar al cambio a una persona. La corrección debe buscar el crecimiento del hermano (por eso se llama también “promoción”). No se trata de dejar al hermano sumido en el fondo del precipicio, sino de levantarlo (“salvarlo” dice el texto bíblico) para que éste haga de nuevo el camino del discipulado. Se busca que se transforme en una nueva persona, que vuelva a ser discípulo de Jesús.

En este sentido, la corrección debe realizarse de manera delicada y prudente. No se busca el escarnio, el apocamiento o el empequeñecimiento del hermano, sino que este hermano se haga consciente de su camino errado, recapacite y se ponga en la ruta de una vida más plena e integral.

Desde este punto de vista, podríamos exclamar ¡qué falta nos hace ejercitarnos de continuo en esta página bíblica! Nos hace falta vivirla en nuestras familias, cuando a veces prima la indiferencia o el temor por no importunar a algún miembro de ésta y en nuestras Comunidades, donde sencillamente a veces nos vence el temor, la pasividad o la falta de coraje y preferimos “mirar para el lado” y hacer como que aquí no ha pasado nada. Algo que también suele suceder en nuestras casas cada día.

No podemos decir como Caín cuando Dios le pregunta por su hermano Abel, ¿soy acaso el guardián de mi hermano? Por cierto. Somos o debemos ser guardianes unos de otros. Cuidarnos, protegernos, acompañarnos. Eso es signo de amor fraterno y se agradece muchísimo cuando uno encuentra un hermano, que con cariño y respeto, nos habla al corazón y nos introduce de nuevo en la ruta del Evangelio y de la Comunidad.

Por eso, se tú mismo GUARDIAN de tu hermano cada día para que también lo sean contigo en el día a día de tu vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Padre Mario, sin duda, es lo mas difícil para mi. Quizás algún día tenga el coraje suficiente para corregir a un hermano.

tity dijo...

hermano Mario; ojala se hicieran estas correcciones fraternas, porque cuando uno es valiente y se anima lo eliminan igual que a un jugador de futbol, le muestran la tarjeta roja, yo creo que primero que nada debemos crecer como personas`para asi poder aceptar las correciones y a la vez ser capaz de hacerlas ¿verdad?... yo me atrevi y me echaron de mi comunidad.

Anónimo dijo...

Mi hermano esta siempre al lado mio, pero no lo veo...No importa como me llamen, o que piensen de mi, pero si se que Dios conoce los pensamientos mas intimos y es el quien me va a jusgar. Vivimos en la era de los adelantos especializados y entre estos,dos resaltan en forma tan significativa que han cambiado nuestro modo de vivir, por ej: en la decada de los 70 se introdujo en el mundo en forma comercial la computadora electronica personal, esto transformo todo lo que tine que ver con comunicaciones en la vida de millones de personas, pienso objetivamente que debemos buscar alternativas para practicar la humildad, que es como se beneficia la iglesia, con las actitudes humildes de sus miembros, aunque pasa muchas veces que la humildad es mal entendida, los mas grandes humillan a los mas debiles,entonces para obtener una buena promocion fraterna debemos empesar por aceptar nuestros propios errores sin presumir de logros y someterse voluntariamente a Dios y a los demas por Dios.

Unknown dijo...

La corrección fraterna es una buena herramienta para ir cambiando nuestros comportamientos con los demás, es muy difícil, pero es importante realizarla sobre todo cuando participamos en fraternidades, lo importante es aprender a corregirnos, hacerlo con amor y usar un tono suave, esto nos ayuda a dejar el egoísmo y el orgullo que destruye la unidad. Es difícil aceptar que nos corrijan, pero nos ayuda a ser mas abiertos, leales, sinceros, afectuosos, y crece la confianza que necesitamos para lograr un grupo o familia más cálida y feliz.

Cariños
María Ruth.