Amor sin límites, hasta dar la vida.
Los jóvenes buscan la paz y la reconciliación.
La oración sea el motor de tu vida juvenil.
Misionero en el lugar donde te toca vivir.
Junto a los jóvenes construyendo un país de hermanos.
Cristo encabeza el caminar de los jóvenes.
"No hay amor más grande que éste: dar la vida
por sus amigos"
(Jn. 14,13)
CUANDO LA VIDA SE GANA PERDIENDOLA
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En el cerro “La Pólvora” de Concepción, dos jóvenes bomberos, Jonathan (23) y Aníbal (21), dieron su vida por intentar salvar la vida de la señora Adriana (76), que había quedado atrapada en un voraz incendio que se desencadenó en dicho lugar.
Los funerales de estos jóvenes fueron apoteósicos y llenos de emoción. Bomberos venidos de distintos puntos del país, se hicieron presentes para solidarizar con las familias de ambos jóvenes y dejar estampada en la memoria colectiva, la generosidad sin límites de Aníbal y Jonathan que no dudaron en sacrificar su propia vida en el servicio al prójimo.
Esto es el cristianismo: Dar la vida por los demás, como lo hizo Jesús en la cruz.
Que el testimonio de estos jóvenes nos lleve a reivindicar a los jóvenes que muchas veces son estigmatizados por su errores y desaciertos y su inmolación sea para todos nosotros un toque de alerta para estar siempre disponibles a dar la vida por los demás, como nos lo pide Jesús y como lo hicieron Aníbal y Jonathan, como bomberos en el Cerro “La Pólvora” de Concepción.
Ahora estos jóvenes han ganado la vida para siempre. Así es, la vida se la gana, cuando se la pierde en bien de los demás.
Es la lógica de Jesús.
Los funerales de estos jóvenes fueron apoteósicos y llenos de emoción. Bomberos venidos de distintos puntos del país, se hicieron presentes para solidarizar con las familias de ambos jóvenes y dejar estampada en la memoria colectiva, la generosidad sin límites de Aníbal y Jonathan que no dudaron en sacrificar su propia vida en el servicio al prójimo.
Esto es el cristianismo: Dar la vida por los demás, como lo hizo Jesús en la cruz.
Que el testimonio de estos jóvenes nos lleve a reivindicar a los jóvenes que muchas veces son estigmatizados por su errores y desaciertos y su inmolación sea para todos nosotros un toque de alerta para estar siempre disponibles a dar la vida por los demás, como nos lo pide Jesús y como lo hicieron Aníbal y Jonathan, como bomberos en el Cerro “La Pólvora” de Concepción.
Ahora estos jóvenes han ganado la vida para siempre. Así es, la vida se la gana, cuando se la pierde en bien de los demás.
Es la lógica de Jesús.
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