"Señor, danos siempre de ese pan"
Jn. 6, 34
Comieron muchos, hasta quedar plenamente satisfechos y quedó todavía mucho más para los que aparecerían después en el camino de la vida buscando verdadero alimento.
Es el pan que no se acaba y que alcanza para todos. Es Jesús el PAN DE VIDA.
Danos, Señor, ese pan que sacia para siempre y que deja plenamente satisfecho.
El pan de la libertad y la fraternidad.
El pan del amor fraterno y de la solidaridad.
El pan de la fiesta y la gratuidad.
El pan del perdón y del diálogo.
El pan de la misericordia y la acogida.
Sí, Señor, de ese pan necesito y creo suponer que también necesita mi pueblo y la sociedad toda.
El pan de la verdad y la tolerancia.
El pan de la justicia y el derecho.
El pan de la diversidad y del respeto.
Sí, Señor, ese PAN único bajado del cielo que satisface por siempre el corazón.
¡Necesitamos verdadero pan, Señor!
¿Quién nos lo podrá dar en abundancia?
Levanta tus ojos, Señor, y míranos en nuestras búsquedas y en nuestras inquietudes.
Nos falta pan. Pan verdadero.
Nos han dado otros panes que no sacian el hambre. Son una mera ilusión. Quitan el hambre por un momento, pero al final seguimos y sigo desfalleciendo.
Es un pan que aparentemente nos puede nutrir, pero que en definitiva nos debilita y tarde o temprano nos hace desfallecer. Ese pan no quiero para mí ni tampoco lo quiero para los demás.
Tu pan, Señor, multiplícalo por doquier. De los mismos panes que tenemos y que tú multiplicarás en abundancia.
Pan para todos. Pan para mí. Como aquella multitud que comió hasta saciarse.
De ese PAN queremos comer Señor para siempre. Amén.
Es el pan que no se acaba y que alcanza para todos. Es Jesús el PAN DE VIDA.
Danos, Señor, ese pan que sacia para siempre y que deja plenamente satisfecho.
El pan de la libertad y la fraternidad.
El pan del amor fraterno y de la solidaridad.
El pan de la fiesta y la gratuidad.
El pan del perdón y del diálogo.
El pan de la misericordia y la acogida.
Sí, Señor, de ese pan necesito y creo suponer que también necesita mi pueblo y la sociedad toda.
El pan de la verdad y la tolerancia.
El pan de la justicia y el derecho.
El pan de la diversidad y del respeto.
Sí, Señor, ese PAN único bajado del cielo que satisface por siempre el corazón.
¡Necesitamos verdadero pan, Señor!
¿Quién nos lo podrá dar en abundancia?
Levanta tus ojos, Señor, y míranos en nuestras búsquedas y en nuestras inquietudes.
Nos falta pan. Pan verdadero.
Nos han dado otros panes que no sacian el hambre. Son una mera ilusión. Quitan el hambre por un momento, pero al final seguimos y sigo desfalleciendo.
Es un pan que aparentemente nos puede nutrir, pero que en definitiva nos debilita y tarde o temprano nos hace desfallecer. Ese pan no quiero para mí ni tampoco lo quiero para los demás.
Tu pan, Señor, multiplícalo por doquier. De los mismos panes que tenemos y que tú multiplicarás en abundancia.
Pan para todos. Pan para mí. Como aquella multitud que comió hasta saciarse.
De ese PAN queremos comer Señor para siempre. Amén.
1 comentario:
es facil pedir el pan y que dificil es mantenerse dispuesta a recibirlo con el espiritu en comunion, quiero pedir a JESUS que le de ese pan que necesita y que tambien me de un pedacito para saciar las ansias de ser una buena hija suya, quiero ser fiel a JESUS, pero creo que sin ese pan de vida nunca lo lograre, que DIOS lo bendiga padre mario por sus hermosas evangelizaciones.
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