“Un día Francisco pasó cerca de la Iglesia de San Damián, que estaba casi derruida y en completo abandono. Conducido por el Espíritu, entra en ella a orar, se postra suplicante y devotamente ante el Crucifijo … La imagen de Cristo crucificado, desplegando los labios, habla desde el cuadro a Francisco llamándolo por su nombre: “Francisco –le dice-, vete, repara mi casa que, como ves, se viene del todo al suelo” (2Celano 10).
Celebrando los 800 años de la fundación de la Orden de los Hermanos Menores, queremos reflexionar desde la experiencia que marcó el comienzo de la conversión de Francisco, y juntos con él mirar el Crucifijo de San Damián.
Al entregarte este Crucifijo, deseamos ofrecerte una ayuda para la oración. Como Clara y Francisco, ante él muchas hermanas y hermanos se han sentido acogidos y llamados a seguirlo, así también hoy se dirige a ti, para que tú puedas escuchar su voz.
Colócate a sus pies, míralo con tus ojos, contémplalo con el corazón, únete a El con la voluntad, asegúndalo con tus sueños, imítalo con tu vida.
Permanece donde El se hace encontrar, escúchalo, “míralo, considéralo, contémplalo, deseando imitarlo” pon en sus manos todo lo que te sugiere y te hace intuir, colabora con El.
Celebrando los 800 años de la fundación de la Orden de los Hermanos Menores, queremos reflexionar desde la experiencia que marcó el comienzo de la conversión de Francisco, y juntos con él mirar el Crucifijo de San Damián.
Al entregarte este Crucifijo, deseamos ofrecerte una ayuda para la oración. Como Clara y Francisco, ante él muchas hermanas y hermanos se han sentido acogidos y llamados a seguirlo, así también hoy se dirige a ti, para que tú puedas escuchar su voz.
Colócate a sus pies, míralo con tus ojos, contémplalo con el corazón, únete a El con la voluntad, asegúndalo con tus sueños, imítalo con tu vida.
Permanece donde El se hace encontrar, escúchalo, “míralo, considéralo, contémplalo, deseando imitarlo” pon en sus manos todo lo que te sugiere y te hace intuir, colabora con El.
ITINERARIO
El breve itinerario propuesto se debe utilizar en la oración personal, en fraternidad o en grupo y se sugiere usarlo de manera creativa, teniendo en cuenta las diversas culturas.
Además, para que este “método” de frutos se debe aplicar con corazón abierto, paciencia y perseverancia.
Cada momento de este itinerario espiritual pide saber detenerse sin ansia ni preocupaciones, viviendo este tiempo en gratuidad de comunión con el Amado.
1.- Disponte a la contemplación:
· Disponte a la contemplación a través del silencio, el recogimiento interior y la pacificación del corazón.
· Invoca la ayuda del Espíritu para que “te purifique, te ilumine y te encienda interiormente”.
2.- Ora con san Francisco:
· “Altísimo y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón …”
3.- Contempla el Crucifijo:
· Contémplalo por un tiempo prolongado.
· Deja que la mirada del Crucifijo llegue a tu corazón.
· Ensimísmate en uno de los personajes.
4.- “Ilumina las tinieblas de mi corazón”:
Déjate interrogar por el Señor:
· ¿Cuáles son tus “tinieblas”?
· ¿Quién ocupa el centro de tus deseos?
· ¿Vives “una fe recta, una esperanza cierta y una caridad perfecta?
· ¿Con qué obediencia vives el “santo y veraz mandamiento”?
5.- Restituye al Señor:
· Concluye este tiempo de comunión repitiendo y personalizando la oración ante el Crucifijo.
· Comprométete a traducir y encarnar la oración en la vida diaria.
Oración
ante el Crucifijo
¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta
esperanza cierta,
caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo
y veraz mandamiento. Amén.
ante el Crucifijo
¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta
esperanza cierta,
caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo
y veraz mandamiento. Amén.
(Tomado de parroquia Pucón, Chile)
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