Siempre entrelazados como hermanos.
“Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos”
Mc. 6,7
Mc. 6,7
“¡Qué caos de opiniones! ¡Qué pavorosa inquietud acosa a los hombres por todos lados! Uno se aferra a la belleza, el otro se mofa de todo y de pronto sus carcajadas se quiebran en un sollozo desgarrador; un tercero se suicida porque la vida le parece realmente una ocupación demasiado estúpida, sin objeto alguno; un cuarto se pone a gritar para no oír los angustiosos clamores de su propio espíritu; un quinto busca el infinito en los pecados más abyectos y más vulgares; un sexto se deja hundir en el océano de la desesperación, un séptimo vive como un rey en el destierro y canta la gloria de su perdida patria. Otro escala las más elevadas cumbres de la soledad, quiere crear una nueva doctrina para dársela a los hombres, pero llega un momento en que su espíritu se resquebraja a consecuencia de la excesiva tensión impuesta, la perturbación mental extiende sobre él su oscuro manto y le retiene por siempre ciego en la angosta estrechez del balbuceo patológico. Uno coge violentamente la vida como si fuera su mujer y quiere poseerla con suprema pasión; aquel vive en la bienaventuranza bajo los reflejos dorados de su sueño; el de más allá no se explica por qué se sufre tanto en la tierra. Los hay que invocan a Dios, los hay que le maldicen. Hay quienes con su fría inteligencia tratan de concebir la historia de la gestación del universo, desde el principio hasta el fin, y al lado de todos ellos la masa obtusa, bestial, rastrera. ¿Dónde puedo encontrar yo lo fijo, lo inquebrantable, lo eternamente increado, lo inmutable? ¿O acaso no existe nada de todo esto? Entonces ¿por qué me es dado pensar en ello, por qué tengo que anhelarlo con toda la profunda vehemencia de mi alma? ¿Por qué tengo que anhelarlo, cuando poseo ya la profunda dicha del amor’ ¿O lo anhelo quizás precisamente por eso?”.
“Nostalgia de Dios”
Peter Van Der Meer
Para llevar sentido al hombre contemporáneo, que se debate en una infinidad de preguntas e interrogantes, y a veces encerrado en un callejón que pareciera no tiene salida, más allá de las evidencias empíricas, de los razonamientos cortoplacistas, de carácter más bien materialista, los cristianos de hoy (como por lo demás lo han hecho desde siempre), tenemos que ser capaces de asumir esta dimensión misionera y apostólica de nuestro seguimiento de Cristo y de la fe en El, para ir de dos en dos por el mundo, llevando la alegre noticia del Evangelio.
Y eso aunque algunos nos quieran ver encerrados en cuatro paredes, (metidos en nuestras sacristías), reducidos a una presencia insignificante e irrelevante dentro del concierto amplio y variado de “ofertones” de sistemas de vida que hoy se hacen evidentes.
Vayamos con alegría de dos en dos por los amplios senderos de este mundo, asumiendo que el Evangelio y Jesús nos pueden ayudar para encontrarle sentido a la vida.
Que ese sea nuestro aporte y nuestra humilde contribución.
“Nostalgia de Dios”
Peter Van Der Meer
Para llevar sentido al hombre contemporáneo, que se debate en una infinidad de preguntas e interrogantes, y a veces encerrado en un callejón que pareciera no tiene salida, más allá de las evidencias empíricas, de los razonamientos cortoplacistas, de carácter más bien materialista, los cristianos de hoy (como por lo demás lo han hecho desde siempre), tenemos que ser capaces de asumir esta dimensión misionera y apostólica de nuestro seguimiento de Cristo y de la fe en El, para ir de dos en dos por el mundo, llevando la alegre noticia del Evangelio.
Y eso aunque algunos nos quieran ver encerrados en cuatro paredes, (metidos en nuestras sacristías), reducidos a una presencia insignificante e irrelevante dentro del concierto amplio y variado de “ofertones” de sistemas de vida que hoy se hacen evidentes.
Vayamos con alegría de dos en dos por los amplios senderos de este mundo, asumiendo que el Evangelio y Jesús nos pueden ayudar para encontrarle sentido a la vida.
Que ese sea nuestro aporte y nuestra humilde contribución.
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