martes, 6 de enero de 2009

NUEVO AÑO: NUEVAS PERSPECTIVAS, NUEVOS SUEÑOS

para andar contigo en el camino.

Iluminando cada día tus pasos.



Un nuevo año: para alcanzar metas nuevas.



“¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?
Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo”.

Mt. 2,2
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El inicio de un nuevo año, de alguna manera, siempre trae novedades para la vida de cada persona. Un trabajo que cambia, el inicio de un desafío académico, el traslado de una ciudad a otra. Una nueva relación sentimental o el compromiso definitivo de una relación sostenida en el tiempo, amigos que se marchan, nuevas amistades que se generan, en fin, siempre el nuevo año que se inicia trae “novedades” de diversa índole que debemos saber asumir y enfrentar con la mayor sabiduría posible.

Los magos de Oriente, que siguiendo la estrella de Belén, llegaron a adorar al niño Jesús que estaba junto a su madre, nos pueden dar algunas claves interesantes que podemos asimilar en el camino que debemos recorrer durante este año.

Este nuevo año, puede ser un tiempo de BUSQUEDA permanente para no atrofiarnos en la dinámica de la vida. "¿Dónde está el rey de los judíos …? " se preguntan los magos. Precedidos por la estrella, los magos tienen una honda inquietud en su corazón. Se muestran sensibles para salir de su espacio habitual e ir al encuentro de la LUZ y de Aquel que les daría un sentido más hondo a su vida.

Nosotros también hagamos un camino de búsqueda permanente. ¿Qué busco? ¿Qué buscamos? Buscamos la verdad, la vida, el amor, la justicia, un trabajo digno, relaciones familiares sanas, un matrimonio estable, una profesión con proyecciones. El que busca, se mantiene vivo, se renueva y oxigena su vida con proyectos nuevos, ilusiones distintas, caminos originales que esperan ser recorridos en este nuevo año. Salgamos, pues, de nuestras seguridades y caminos trillados para ir en búsqueda de algo mejor, como los magos venidos del Oriente.

Pero en esta búsqueda nos podemos perder, por eso ejercitémonos constantemente en el DISCERNIMIENTO que será verdadero en la medida que sea la ESTRELLA DE BELEN la que nos conduzca, como a los magos venidos del Oriente. A veces nuestras búsquedas sólo pueden ser la expresión de una obcecación, de un cierto voluntarismo o sólo la confirmación de nuestras intuiciones, pero no necesariamente lo que en verdad debemos asumir. Por eso, ¡qué necesario es abrirnos de corazón para que la LUZ de Belén nos ayude a sortear el camino y profundizar las opciones que hemos de asumir!

Al igual que los magos que le ofrecieron a Jesús oro, incienso y mirra, en señal de adoración, ofrezcámosle todo a Dios en este año y ofrezcamos también todo nuestro ser a quienes son parte de nuestra historia habitual.

¡Tenemos tanto que ofrecer! Nuestra historia, los talentos, virtudes, la creatividad, nuestras mejores energías, la fuerza interior, el ingenio. También nuestras fragilidades y pequeñeces. Todo, absolutamente todo, ofrezcámoslo a Dios, aunque, de pronto, no sea oro, incienso y mirra, precisamente. Y todo, también, a quienes están a nuestro lado. Aunque no lo creamos, es mucho lo que podemos ofrecer todavía.

Un nuevo año, tiempo para abrazar un nuevo camino, nuevas perspectivas, nuevos sueños. Una oportunidad más para asomarnos al mundo nuevo que anhelamos. Como dice Gabriela Mistral: "Que triste sería el mundo, si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender".

Un tiempo para comenzar a recorrer un nuevo camino.


2 comentarios:

tity dijo...

hermano Mario, como siempre sus reflexiones nos dejan pensando, al menos a mi...para mi esto de un año nuevo es la oportunidad de volver a empezar, es como cuando los niños entran a clases y les entregan un cuaderno nuevo, sin borrones, ni manchas, ni malas notas, y mas aun proyectando ser el mejor del curso, creo que a eso nos llama el Señor en estas fechas a empezar de nuevo...a ser el mejor hermano, el mejor amigo, el mejor papá y mamá, el mejor hijo, etc...Tity

Anónimo dijo...

Todo comienzo trae algo de incertidumbre, pero también algo de oportunidad y de hacer algo distinto. Cada día, cada hora, es un tiempo nuevo que nos ofrece Dios.