martes, 11 de noviembre de 2008

HABLALE A JESUS.



SEÑOR MIO



En esta hora de mi vida, te digo con todo el corazón:



Señor, ayúdame;
Señor, ilumíname;
Señor, protégeme;
Señor, perdóname;
Señor, acompáñame;
Señor, apiádate;
Señor, fortaléceme;
Señor, ámame;
Señor, condúceme;
Señor, espérame;
Señor, conviérteme;
Señor, alégrame;
Señor, lléname;
Señor, lávame;
Señor, purifícame;
Señor, conságrame;
Señor, envíame;
Señor, bendíceme;
Señor, sálvame;
Señor, quiéreme;
Señor, muéstrate;
Señor, aconséjame;
Señor, fórmame;
Señor, escóndeme;
Señor, refúgiame;
Señor, cuídame;
Señor, pastoréame;
Señor, aliméntame;
Señor, llámame;
Señor, vivifícame;
Señor, tómame;
Señor, mírame;
Señor, escúchame;
Señor, levántame;
Señor, búscame.

Señor, Señor,
Hijo de David:
¡Ten compasión de mí!
Amén.

M.A.P.V.

Nota: Rézala despacio y desde tus sentimientos, añade otras oraciones.

1 comentario:

MARIA ISABEL dijo...

Deseo compartir con Uds. un poema de Maria M. Robben, y dice:

"Monto en mi corcel
y cabalgo por el tiempo,
hora tras hora,
día tras día.

Más rapido, mas rapido,caballo mio
Por ahi puedes ahorrar tiempo.
Un atajo,
una oportunidad.
Corre, caballo mio
que la quiero tener,
ya que permite ahorrarme,
al menos diez minutos al dia,
que hacen setenta minutos en la semana.
Que maravilloso,
asi podremos rendir más,
tú y yo,
mi admirable corcel.

¡Galopa aún más!
Minuto a minuto,
hora por hora,
día por día.

Me siento segura en mi montura,
y mantengo las riendas firmes.
Sigo galopando
de compromiso en compromiso
de reunión en reunión
de entrevista en entrevista, de curso en curso.

Apura tu paso, caballo mío,
para que logremos grandes propositos en este mundo.
Mi corcel es gris,
gris y veloz
como una flecha.
Clavo las espuelas a mi gríseo
y lo impulso a andar.
sin embargo un día llega la calma
a mi corazon palpitante.
De pronto, mi corcel detiene su paso y me arroja de su montura,
las riendas se me resbalan,
mi corcel me abandona,
tendida en la arena.

"¿Que quieres de mi?"
grito confundida.
"Espera, no te olvides
de que este tiempo es mío"
Resoplo y jadeo
como mi caballo moro;
le temo a la calma
que acecha mi corazón.

¿Cómo puedo encontrar la calma
luego de tanta prisa?
Siento la presión interna
como un pesado lastre.
Como en un juego de azar
mis pensamientos,
mis sentimientos
y mis contradicciones se enfrentan en mi alma.

¿Existe aún
un lugar en mi interior,
que comprenda el silencio,
que se mantenga ajeno,
sin presiones ni exigencias?
Muestrame ese lugar
que no valoriza,
que no presiona ni apremia,
que hace que yo solo
sea mi unico refugio.

Siento la arena
entre mis dedos
y respiro
el aromático aire primaveral.
Por primera vez,
me parece,
observo el cielo,
los colores de los árboles,
la hierba
y oigo el correr del arroyo
que fluye a mi lado.
¿O fluye en mi interior?
Respiro profundamente,
hasta el límite,
y expiro
y me entrego.

Un sueño viene a mi encuentro:
Estoy en un altar,
en una capilla
en mi pueblo,
y sostengo el reloj de mi vida
delante de los dones
del pan y vino,
y pido un cambio:
mi prisa
por sosiego.

Prgunto:
¿Es asi como caminamos por el mundo, buscando solo el reconocimiento social y la eficiencia? o...
¿Nos damos el tiempo para deternernos y experimentar a Dios a traves de nuestros sentidos?