viernes, 1 de julio de 2011

PAN NUESTRO DE CADA DIA





“… Oh pan de cada boca, no te imploraremos, los hombres no somos mendigos de vagos dioses o de ángeles oscuros: del mar y de la tierra haremos pan, plantaremos de trigo la tierra y los planetas, el pan de cada boca, de cada hombre, en cada día, llegará porque fuimos a sembrarlo y a hacerlo, no para un hombre sino para todos, el pan, el pan para todos los pueblos y con él lo que tiene forma y sabor de pan repartiremos: la tierra, la belleza, el amor, todo eso tiene sabor de pan, forma de pan, germinación de harina, todo nació para ser compartido, para ser entregado, para multiplicarse …” (Oda al pan, Pablo Neruda).

El pan es el símbolo de la dignidad, del desarrollo y de la inventiva que tiene el ser humano. En el pan, el hombre encuentra el sujeto de su desarrollo y el esplendor de su vocación creadora. El pan se lo gana con el sudor de la frente y es sacramento del esfuerzo, el trajín de cada día y la disciplina del que trabaja con denuedo y perseverancia.

El pan es signo de amistad, compañerismo y hermandad. Se comparte el pan con los cercanos, se parte el pan con el caído y se distribuye el pan a manos llenas en aquellos corazones generosos y solidarios.

Jesús multiplicó los panes y se sentó a la mesa con sus amigos para partir el pan y dárnoslo por siempre, como signo fehaciente de su presencia verdadera para todos los días hasta el fin del mundo.

En la Eucaristía hacemos memoria de esta Ultima Cena y en ella actualizamos el reto de hacer que el PAN alcance para todas las mesas y que todos los comensales tengamos acceso a una justa distribución de lo que Dios hizo para todos.

Si la Eucaristía nos desafía cada vez a comprometernos para que haya pan en todas las mesas, entonces nuestras celebraciones, de verdad, serán un vivo recuerdo de esa Ultima Cena en donde Jesús se hizo PAN DE VIDA para todos y nos urgió a pedir con insistencia “danos el pan nuestro de cada día”.

Pedirlo con insistencia, no es esperar que de manera antojadiza y arbitraria el pan caiga del cielo y llegue sólo a unos pocos, sino es pedirlo actuando en concreto y luchando de verdad para que el pan sea un derecho y no un lujo de unos pocos.

¿Una utopía? ¿Un imposible?, no creo, del compromiso creyente de los cristianos, mucho puede resultar para que este ideal sea realidad en el mundo actual que nos toca vivir.

1 comentario:

tity dijo...

El Pan es uno de los alimentos mas sencillos y faciles de preparar...pero a la vez es el manjar mas apetecido...en torno al pan se reune la familia en las frias noches de invierno...con un trozo de pan calmamos a veces el hambre fisica del mendigo que llama a nuestra puerta...con un trozo de pan calmamos nuestras angustias cuando lo comemos en la comunión con Jesús...es nuestro alimento del alma, lo que nos da fuerza para seguir...ojala que todas las manos que reparten ese pan sean generosas, limpias, amorosas, cercanas, consoladoras...