Lc. 1,49
Cuando María visita a su prima Isabel, prorrumpe en un canto de alabanza y acción de gracias, más conocido como el Magníficat, en el cual reconoce toda la grandeza de Dios Salvador y da cuenta de las inmensas maravillas que El ha hecho en ella al ver su pequeñez y pleno abandono en la voluntad del Padre.
Al respecto, creo que sería bueno que cada uno de nosotros pudiera reconocer, delante de Dios y con humildad verdadera, todas las maravillas que continuamente Dios ha hecho con nosotros.
Desde que nos fuimos gestando en el vientre materno hasta nuestros días, podemos reconocer la “mano” poderosa y misericordiosa de un Dios que nos ha amado primero y gratuitamente y que nos ha dotado de muchos privilegios y dones que debemos ser capaces de descubrir.
Ha hecho maravillas a lo largo de nuestra vida “porque Santo es su Nombre”. Ha hecho maravillas porque nos desea ver como personas de bien que transitamos por este mundo proyectando el rostro de un Dios amable, acogedor y cercano.
Reconozcamos delante de Dios, todo lo bueno que ha salido de nosotros en nuestra vida y todo aquello que todavía puede salir de nuestra entrañas a favor de quienes viven a nuestro lado. No somos tan “poca cosa”, no estamos hechos para andar arrastrándonos en la tierra como gallinas que comen del trigo que le lanzan en sus gallineros. Estamos llamados a emprender el vuelo, a abrir nuestras alas, surcar los aires y alcanzar el horizonte para hacernos partícipes del mundo nuevo que anhelamos.
Maravillas que no son para envanecernos en una mal entendida superioridad moral, sino para alcanzar todas nuestras potencialidades, de las cuales nos ha dotado Dios y de las cuales también se verán favorecidos los hermanos con quienes compartimos la vida de cada día.
Que siga, pues, el Señor haciendo maravillas en nuestras vidas, como un día lo hizo plenamente en nuestra Madre María.
Cuando María visita a su prima Isabel, prorrumpe en un canto de alabanza y acción de gracias, más conocido como el Magníficat, en el cual reconoce toda la grandeza de Dios Salvador y da cuenta de las inmensas maravillas que El ha hecho en ella al ver su pequeñez y pleno abandono en la voluntad del Padre.
Al respecto, creo que sería bueno que cada uno de nosotros pudiera reconocer, delante de Dios y con humildad verdadera, todas las maravillas que continuamente Dios ha hecho con nosotros.
Desde que nos fuimos gestando en el vientre materno hasta nuestros días, podemos reconocer la “mano” poderosa y misericordiosa de un Dios que nos ha amado primero y gratuitamente y que nos ha dotado de muchos privilegios y dones que debemos ser capaces de descubrir.
Ha hecho maravillas a lo largo de nuestra vida “porque Santo es su Nombre”. Ha hecho maravillas porque nos desea ver como personas de bien que transitamos por este mundo proyectando el rostro de un Dios amable, acogedor y cercano.
Reconozcamos delante de Dios, todo lo bueno que ha salido de nosotros en nuestra vida y todo aquello que todavía puede salir de nuestra entrañas a favor de quienes viven a nuestro lado. No somos tan “poca cosa”, no estamos hechos para andar arrastrándonos en la tierra como gallinas que comen del trigo que le lanzan en sus gallineros. Estamos llamados a emprender el vuelo, a abrir nuestras alas, surcar los aires y alcanzar el horizonte para hacernos partícipes del mundo nuevo que anhelamos.
Maravillas que no son para envanecernos en una mal entendida superioridad moral, sino para alcanzar todas nuestras potencialidades, de las cuales nos ha dotado Dios y de las cuales también se verán favorecidos los hermanos con quienes compartimos la vida de cada día.
Que siga, pues, el Señor haciendo maravillas en nuestras vidas, como un día lo hizo plenamente en nuestra Madre María.
1 comentario:
FRAY MARIO, UD COMO SIEMPRE HACIENDONOS REFLEXIONAR Y DESPERTAR DE NUESTRA INGRATITUD DE HIJOS QUE NO SABEMOS VER TODO LO QUE DIOS EN FORMA PERMANENTE NOS ESTA REGALANDO A CADA SEGUNDO.PERO COMO UD BIEN LO DICE,AGRADECER Q ESOS DONES Y TALENTOS QUE EL ME DA LOS VOY UTILIZANDO Y COMPARTIENDO CON QUIENES ESTAN CERCA Y TB LOS DE MAS ALLA. GRACIAS POR COMPARTIR CON SUS REFLEXIONES.UN ABRAZO
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